
“Por los derechos de las niñas, niños y jóvenes más empobrecidos del país, y que son los que estudian en las escuelas y liceos municipales, no podemos sino abrazar la causa justa de la movilización del Magisterio”, afirmó Rodrigo Oyarzún, Presidente de la Federación.
Camino a cumplirse una semana de paro nacional, este jueves 6 de junio, casi 130 buses provenientes de todos los rincones de Chile trasladaron a miles de maestras y maestros que, junto a los de la Región Metropolitana, marcharon alrededor del mediodía por la Avenida Bernardo O’Higgins, arteria principal de la metrópolis.
El Magisterio organizado resolvió adoptar la huelga general como último recurso ante sus persistentes reclamos no escuchados por el gobierno de turno y que, según afirmó el Presidente del Colegio Nacional de Profesores, Mario Aguilar, carece de motivaciones remuneracionales: “No estamos pidiendo un reajuste de nuestros salarios, estamos pidiendo que se atienda la educación pública abandonada”.
En la Plaza Italia de Santiago, Aguilar añadió que “buscamos se mejoren nuestras condiciones laborales, que se reconozca que existe la deuda histórica, que se ponga fin a la doble evaluación docente, que no es más que un negocio, entre otras demandas”.
Las solicitudes, de cumplirse, redundarían en la excelencia educativa. Si los docentes chilenos, al igual que en otras sociedades, puedieran realizar su labor estratégica para el porvenir del país en contextos mejorados, la vida misma y sus relaciones sociales tendrían un desenvolvimiento de progreso, justicia, democracia y libertad.
Por otra parte, entre las motivaciones de la gran marcha de este jueves se encuentra la decisión del Consejo Nacional de Educación (CNED) de quitar la calidad de obligatorias para 3º y 4º medio a las asignaturas de Historia, Educación Física y Artes.
Junto con ello, especialmente desde el mundo de los secundarios, se ha denunciado una permanente criminalización de las manifestaciones de los estudiantes a través de la aplicación de la ley Aula Segura, traducida en revisión de mochilas -como ha ocurrido sistemáticamente en el exterior del Instituto Nacional en Santiago-, controles de identidad a los alumnos y expulsiones de estos mismos desde los establecimientos educacionales.
El Presidente de la Federación de Trabajadores de la CCU, Rodrigo Oyarzún, a nombre de los socios de la organización, indicó que, “Por los derechos de las niñas, niños y jóvenes más empobrecidos del país, y que son los que estudian en las escuelas y liceos municipales, no podemos sino abrazar la causa justa de la movilización del Magisterio”.
Igualmente, Oyarzún criticó “la durísima represión policial de la que fueron objeto los educadores sólo hace unos días, mientras ejercían su legítimo derecho a la protesta. Incluso fueron empapados y gaseados sin siquiera pisar la calle, cuando estaban en las veredas de varias ciudades del país. Si el gobierno es capaz de ordenar la agresión de las Fuerzas Especiales de Carabineros en contra de los profesionales de la enseñanza, ¿qué le depara a otros sectores sociales que no cuentan con el inmenso apoyo público de los formadores de nuestras hijas e hijos?”.
El paro indefinido de los profesores continúa debido a que sólo han recibido un silencio absoluto a sus demandas por parte de los inquilinos de La Moneda.
“Así también es nuestra solidaridad con las maestras y maestros en lucha por la promoción de la educación pública: indefinida”, terminó el Presidente de la Federación, Rodrigo Oyarzún.
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